La VIII Carrera del Gancho se prepara para dar comienzo a un spring final que dejará a más de uno/a sin aliento.
A los largo de estos años La Carrera ha cogido prestado un poquito de corazón de cada uno/a de nosotros/as. En ella hemos puesto ilusiones, sueños, esperanzas, utopías…; nos hemos dejado enganchar por esa magia que habita en sus gentes, en sus calles, en su ESENCIA…
En previos a La Carrera es inevitable no echar la vista atrás para recordar y agradecer a todas aquellas personas que hicieron posible que sigamos soñando con ella, dejando en su camino la piel y las vísceras para dar ojos, manos, movimiento… y VIDA a este proyecto.
Sin embargo, tras este envoltorio se esconde una cruda realidad que desde hace más de medio año vienen sufriendo las educadoras del Centro de Tiempo Libre Cadeneta.
Es difícil explicar cuándo empezó y por qué, e incluso llegar a entenderlo si no se está dentro, pues las emociones se entremezclan y cuesta ver las ideas con nitidez.
A pesar de interponer cinco demandas ante el Juzgado de lo Social donde se dio la razón a las trabajadoras, como bien dice Quevedo: “Donde hay poca justicia es un peligro tener razón”. Y así ha sido, puesto que lo vivido en estos últimos meses provoco la marcha de dos de las educadoras más veteranas del programa CADENETA, el despido de otras dos educadoras a finales de este mes y la baja por estrés laboral de la que queda.
Aún es más, puestas las esperanzas de retomar y dar un giro de aire fresco a Cadeneta, se ha recortado las jornadas laborales de los/as recién llegados/as, pasando de 30 a 20 horas semanales y bajándoles, al mismo tiempo, la categoría profesional. Suerte compañeros/as.
Y un sin fin de malos propósitos que hacen despertarse de un mal sueño.
Y yo me pregunto, ¿Dónde late el qué? Seguro que desde Ozanam NO ya que ya han demostrado su falta de escrúpulos.
Y es que nunca me cansare de decir ¿TRABAJAMOS POR LAS PERSONAS?.
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